Como estilista, sabés lo frustrante que es hacer un trabajo impecable de color o hidratación… y que el resultado no dure porque el cuero cabelludo de tu clienta está dañado, graso o con caspa.
Y no es culpa del producto, ni del servicio. Es culpa del terreno: el cuero cabelludo.
Señales de que el cuero cabelludo está arruinando tu trabajo:
- La hebra se ve opaca a pesar de los tratamientos
- Hay caída post-decoloración
- La clienta tiene picazón o grasa desde el primer lavado
- El color se oxida rápido o no fija bien
- Las puntas se abren a pesar del corte
¿Por qué pasa esto?
Porque si el cuero cabelludo está obstruido, desequilibrado o inflamado, no hay producto que funcione al 100%.
Y aquí es donde entra la tricología: no como moda, sino como herramienta para elevar tu nivel profesional.
¿Qué puede hacer una estilista con conocimiento en cuero cabelludo
- Diagnosticar de forma profesional (sin ser dermatóloga)
- Personalizar terapias capilares
- Elevar el ticket promedio de cada cita
- Dar seguimiento real y fidelizar clientas
- Crear contenido educativo y posicionarte como experta
¿Quieres aprenderlo sin complicarte?
Te preparé un eBook práctico, directo y pensado especialmente para estilistas que quieren dejar de improvisar y empezar a trabajar con diagnóstico.
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Aprende cómo identificar caspa, grasa, caída, sensibilidad… y cómo aplicar lo que sabes de color, hidratación y tratamientos sobre una base profesional.